A orillas del Río Ultzama, poco antes de juntarse con el Río Arga, se encuentra este interesante Batán, ejemplo de la arquitectura industrial de la época.
Propiedad de los monjes de Roncesvalles, se construyó en el x.XII como molino harinero. En 1544 se ampliaron las instalaciones originales con un batán hidráulico o molino trapero. Desde mediados del s. XIX, el batán se utilizó para la creación de pasta de papel a partir de tejidos usados y posteriormente, de madera de pino. De esta época datan la presa y el canal que daban servicio a la fábrica de papel situada aguas abajo.
Hoy en día se conserva parte de este canal y la chimenea de la fábrica y se puede apreciar el proceso de abatanado de tejidos gracias a la reconstrucción de la rueda y el mecanismo original: gruesos mazos de madera movidos por un eje activado, a su vez, por la corriente, golpeaban los paños (previamente engrasados) para impermeabilizarlos y hacerlos más resistentes.
Descubrir la flora y la fauna de la zona constituye otro de los atractivos de esta visita. Destacar el mirlo acuático, que reconoceremos por su pecho blanquecino, porque es un ave que anida cerca de los ríos con aguas de calidad que generan una vegetación autóctona variada y, por tanto, un hábitat atractivo. Lo mismo ocurre con la nutria y el visón europeo (especie en extinción) que también se pueden encontrar a lo largo del Parque Fluvial de la Comarca de Pamplona-Iruña.
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